Por Ivan Gomez
Pocos músicos logran lo que Hiram Martínez ha conquistado: no solo dominar una variedad impresionante de instrumentos, sino también recorrer múltiples estilos musicales con la naturalidad de quien nació para el arte. Guitarra, bajo, saxofón, cuatro, piano, timbales, batería, bongó, conga, güira… Hiram no los estudió para presumirlos, sino para hacerlos hablar. Y vaya que hablan. Cada uno de ellos, bajo sus manos, se convierte en una voz más de su alma inquieta y creativa.
Nacido con la música en la sangre, Hiram comenzó su trayectoria artística en escenarios de alto calibre. Fue integrante de Karis, una de las agrupaciones más emblemáticas del merengue, entre 1999 y 2000. Más tarde, su talento lo llevó a formar parte de Banda Dura de Chicago, Pero Hiram no se quedó ahí. Decidió explorar nuevas facetas y con el tiempo creó dos proyectos que reflejan la amplitud de su talento y sensibilidad.
Por un lado, Mambo Alto, su agrupación enfocada en los ritmos tropicales como la salsa, el merengue y la bachata, es ideal para quienes buscan una noche de fiesta, movimiento y energía. Por otro, Hiram y su Acústico, un formato íntimo donde el artista se convierte en trovador, improvisador, cuentacuentos musical que canta desde el corazón y para el corazón. Porque Hiram también es eso: un repentista. Alguien capaz de improvisar versos al instante, como se hacía en las plazas de antaño, manteniendo viva una tradición poética y oral que escasea en tiempos digitales.
Hoy en día, Hiram Martínez reside en Cleveland, Ohio, donde sigue aportando a la vida cultural con su arte, y donde ha encontrado una comunidad que aprecia su autenticidad. Precisamente en esta ciudad se presentará este sábado 14 de junio en el evento Noche de Bohemia – Suspiros del alma, una velada exclusiva y elegante producida por Vida Latina Magazine y el podcast Conversan2. Será una oportunidad única para escuchar en vivo a este artista polifacético que transforma cada nota en emoción.
Con una trayectoria que cruza géneros, geografías e instrumentos, Hiram Martínez no es solo un músico: es una experiencia que se vive, se escucha y se recuerda.